Lucía y Katia
Había una vez una niña que cuando era pequeña sus padres la sacaron al parque a jugar, pero al tirarse por el tobogán se torció el pie. Los padres la llevaron al hospital. Esa niña se llamaba Lucía. Lucía no volvió a caminar hasta un mes después. No tenía esperanzas de caminar. El médico le dijo que sí que podría caminar, pero ella gritó: “¡No, no puedo caminar. Seguro que me caigo!”
Lucía, al final, dejó las muletas. Al verla sus padres empezaron a llorar de la felicidad. Agradecieron muchísimo a Katia lo que había hecho por Lucía y la quisieron recompensar con por ello. No lo aceptó: “Muchas gracias, pero es mi deber como amiga de Lucía, es como mi hermana.” Lucia, al día siguiente, festividad de san Valentín, recibió una carta: era de Luis. En ella, le pedía salir con ella. Lucía lloró de alegría y los dos comenzaron un romance que duraría mucho tiempo.
Laila, 6ºA