EL NIÑO QUE NO SABÍA LEER


Raúl no podía ir al colegio porque sus padres no tenían dinero aunque ellos trabajasen. Sus amigos se reían de él por no saber leer. Un día, su abuela le cogió un libro, pero Raúl le dijo que no sabía leer. Sin embargo, su abuela le quiso enseñar.


Él no tenía esperanza por aprender a leer. Con el tiempo aprendió a escribir y a leer muy bien, más que sus amigos. Entonces, se dio cuenta de que su esperanza le abrió muchas puertas en la vida, sus amigos tuvieron mucho respeto hacia él y jugaron juntos al pilla y al escondite. Otro día, se fueron de acampada al bosque para tener muchas aventuras. En una de ellas, la abuela murió. Él se acordó de que ella le ayudó a leer, y, entonces, se puso muy triste.


Se quedó tan, tan, tan triste que durante un buen tiempo no habló ni escribió durante un buen tiempo en su vida, pero sus amigos le ayudaron para que siguiera con su vida porque, aunque tuviera problemas muy gordos hay que seguir con la vida porque te espera grandes progresos.

Gabriel y Leo, 6ºA

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